Podcast de Pilates : Primera clase de Pilates | Caso práctico.

Lo primero que quiero es felicitarte por invertir tiempo en formarte, en aprender, en mejorar; en definitiva por invertir tiempo en ti mismo. Siempre digo que las personas que tienen éxito, que logran una mejor calidad de vida, que logran objetivos y metas no son aquellas que son excelentes, especiales o que han tenido suerte, sino son aquellas personas que dedican tiempo a aprender cómo se hacen las cosas, cómo funcionan. Son personas que invierten tiempo en mejorar y en conocimientos.

A modo de ejercicio para empezar el año, voy a contar para que podáis ver, o al menos hasta cierto punto, cómo aplico la primera sesión de Pilates a un cliente nuevo. He escogido la ultima sesión individual del año que impartí a un alumno que empieza desde cero. Su primera sesión fue el viernes 28 de Diciembre.
Mis clases individuales las doy en el centro de la calle cardenal Cienfuegos de Oviedo. Un centro solo para clases individuales, para los que no lo saben, tengo en Oviedo 2 centros: En uno donde te puedes encontrar clases de grupo de máximo 4 personas y clases individuales. Otro centro donde solo hay clases individuales o clases para máximo de dos personas.
Tengo programada esta clase un viernes a las 3 de la tarde y me había comprometido a dar yo esta primera sesión y luego que seguiría con otro profesor de mi equipo y en este caso lo hago así por que no tengo agenda libre para poder darle clase regularmente.
El hombre lo llamaré Jorge y atentos porque no lo conozco de nada, ni se porque viene a clase, si es por una lesión o simplemente por mejorar a nivel general. A veces pasa que antes de empezar con un alumno nuevo tienes un montón de informes médicos porque ya has hablado antes y planteas unos objetivos con el, pero en este caso, es un alumno que viene recomendado por otro cliente de mucho tiempo y esto es muy bueno. Yo cuando tengo algún alumno que viene recomendado, viene con los deberes hechos. Ya viene con una parte, trabajada, porque no es lo mismo un cliente que viene a informarse sin conocer nada a otro que ya viene y conoce casi todo gracias a las indicaciones del alumno que le recomendó, pues ya sabe los precios, sabe más o menos lo que viene a buscar, conoce cómo funcionan las clases, no hay que convencerles de nada.
Cuando llega le saludo a mi manera normal y amistosa, estrechando su mano y me fijo que es más bien grande y fuerte.
¿Que tal jorge? Encantado; me alegro de verte, pasa por favor, pasa. Enseñó donde está el baño, el cambiador, donde dejar los zapatos y después le enseño mi sala de Pilates que es totalmente abierta con cristales muy amplios y luz natural.
Me comenta que huele muy bien. Le digo que es incienso japonés y se queda mirando la decoración.
Advierto su sensibilidad, es buena señal para el tipo de Pilates que doy muy kinestésico, de sensaciones y me siento optimista acerca de su capacidad para superar cualquier problema que tenga, sea el que sea.
Mientras habla un poco de cómo me conoció y que de Pilates no sabe nada pero que su amigo insistió en recomendarle como actividad, lo escucho y observo atentamente. Sus brazos se ven fuertes, mide alrededor de 175 cm, talla mediana, se ve en forma sobre todo tratándose de un hombre que ha pasado de los 55. Tiene algo de barriga. En general tiene un cuerpo de haber hecho ejercicio desde la juventud, pero casi noto su rigidez. Sus hombros están acortados por los trapecios y por los pectorales.